Para empezar debo decir que las bases de Acción Popular, el partido de Fernando Belaunde, me han invitado a ser pre-candidato a la Presidencia Regional de Lima (Yauyos, Cañete, Huarochirí, Canta, Huaral, Huaura, Oyón, Cajatambo y Barranca). Lo más probable es que este 4 de mayo sea el candidato oficial del partido, solo compite mi lista en un clima de consenso que agradezco.

De darse mi candidatura, suspenderé la publicación de mi columna hasta que acabe el proceso electoral este 5 de octubre. Esto para evitar posibles conflictos de intereses.

Pido disculpas por usar este medio para plantear un tema de interés personal, pero es la única forma de comunicarme con todos a quienes quiero llegar.

El tema es el siguiente: para ser candidato a la presidencia regional, según la normatividad, se requiere residencia efectiva en la región durante los últimos tres años. El dilema es a qué denominan residencia efectiva. En mi caso nací y estudié la primaria y secundaria en Cañete, aún tenemos nuestra casa paterna de toda la vida y aunque vivo por lo regular en Lima, estoy en Cañete por razones familiares o profesionales dos o tres veces al mes.

He puesto mi caso a consideración de tres abogados y el primero me dijo que no tendría ningún problema, que mi caso aplica a lo que se denomina domicilio múltiple. El segundo de los abogados me dice que lo más probable es que no tendré ningún problema pero hay una ligera posibilidad de improcedencia. El tercer abogado me dice que lo más probable es que mi candidatura sea tachada. Adicionalmente, no faltó quien me sugiriera “fabricar” un contrato de alquiler de una casa con antigüedad mayor a tres años.

¿Cómo una consulta legal puede tener tres respuestas diferentes? ¿Cómo alguien que nació y creció en una región no puede claramente ser candidato a autoridad regional simplemente porque los últimos años se fue a estudiar o trabajar a otro lugar?

La mayoría de los mejores cuadros regionales están en Lima o en el extranjero. Si este requisito de residencia efectiva de los tres últimos años se aplica rígidamente, de plano eliminamos buenos prospectos de profesionales que quieran aportar a su región, si a eso le sumamos lo complicado y riesgoso que es entrar a una campaña política, entonces vamos reduciendo aun más el universo de posibles candidatos.

He tenido la difícil decisión de aceptar entrar en política, siendo pre-candidato ya recibo ataques extraños de un sector de la prensa; a esto hay que sumarle una remota posibilidad de que puedan tachar mi candidatura. Todo esto es para desanimar a cualquiera; sin embargo vamos a seguir adelante, vamos a hacer nuestro mejor esfuerzo en la campaña, vamos a aportar en la propuesta técnica y prospectiva de a dónde debe ir nuestra región. Tenemos la capacidad y las ganas para afrontar este proceso, solo esperamos que malas artes no nos saquen de la competencia.